martes, 30 de agosto de 2011

Manifiesto del cuerpo de los Estudiantes

que muera la pornografía
que sea eterno el segundo
de aquellos a los que el semen vence
enamoremos a la distancia
que vuelvan los exiliados de la abstinencia
esperemos con ansias sus cuerpos

hagamos el amor ahí mismo
donde otros asaltan al amanecer
sorprendan a los tardones
a nombre de la desnudez humana
no podrán contra nosotros
noticias de silicona ni balas

está en sus manos
enséñennos todo
sin mostrar nada
sin mirar nuestra billetera
busquen alguien a quien le harían bien el amor
el amor del cuerpo
y háganselo de a sorbos

destruyamos la pornografía
cuando la cosa esté dura
esperemos fantaseando sin tele
confiemos en el momento
un instante verdadero abre dos
y dos abren cuatro
pasadizos al cielo y al infierno
y que en buena hora
se cierren los falsos postigos
los créditos los pagarés

ningún grito fingido
disfrútese cada salida
cada entrada
el curso de la vía láctea

destruyamos la pornografía
solo quede la que inventamos en la intimidad
sin fines de lucro
desde el abandono
desde lo siempre nuevo y secreto

deroguemos la prostitución
pongamos casas de caricias
niveles de enseñanza
para el amor de cuerpo y alma
docentes especializados
en escuelas milenarias y gratuitas
a retomar la tradición oral y anal
dar por puro gusto
dar dar y recibir
educación para el ciudadano
fuera del aula y del banco

me limpio la lengua con un colalé
enjugo mis lágrimas con tu sostén
no quiero saber más de plata

esta es nuestra rebeldía consciente
nuestro Woodstock particular
a los que se creyeron dueños de país
Jóvenes Estudiantes
les decimos juntos
tomaremos Santiago por las verijas
punto final


Oscar Martínez me ayudó a corregir este poema por el chat, cuando lo acabamos me dijo: es como uno que sale corriendo sin calzoncillos y con un libro en la mano. Aquí lo dejo y que aliente a los estudiantes.

viernes, 26 de agosto de 2011

El jardinero de Tagore

En momentos dramáticos, que no dejan de ser ciertos, la poesía nos ayuda a sobrevivir. Aquí una pequeña selección que hice de El Jardinero, de Rabindranath Tagore (1861-1941). Se acerca al amor y la vida reflexivo y sensible, abandonándose en lo misterioso e insondable.


26

—Tomaré lo que quieres darme, nada más te pido.
—Sí, sí, ya te conozco, mendiguito, y sé que quieres cuanto tengo.
—Si me dieras esta pequeña flor la llevaría sobre mi corazón.
—¿Y si tiene espinas?
—La tomaría también.
—Sí, sí, ya te conozco, mendiguito, y sé que quieres cuanto tengo.
—Una mirada de tus ojos amorosos endulzaría mi vida por toda la eternidad.
—¿Y si mi mirada fuera cruel?
—Guardaría su herida en mi corazón.
—Sí, sí, ya te conozco, mendiguito, y sé que quieres cuanto tengo.



27

—Cree en el amor, aunque sea una fuente de dolor. No cierres tu corazón.
—Amigo mío, tus palabras son oscuras, no puedo entenderlas.
—El corazón se ha hecho para entregarlo con una lágrima y una canción, amada mía.
—Amigo mío, tus palabras son oscuras, no puedo entenderlas.
—La alegría es frágil como una gota de rocío y muere sonriendo. Pero la pena es poderosa y tenaz. Deja que un doloroso amor despierte en tus ojos.
—Amigo mío, tus palabras son oscuras, no puedo entenderlas.
—El loto prefiere florecer al sol y morir, a estar encerrado en el capullo durante un invierno inacabable.


—Amigo mío, tus palabras son oscuras, no puedo entenderlas.

28

Tu mirada, ansiosa y triste, quiere adivinar mi pensamiento.
También la luna quiere penetrar en el mar.
Conoces toda mi vida, pues nada te escondí. Por ello no sabes nada de mí:
Si mi vida fuera una gema, la rompería en cien pedazos y con ellos haría un collar que pondría en tu cuello.
Si mi vida fuese una simple flor, pequeña y suave, la arrancaría del tallo para colocarla en tu pelo.
Pero mi vida es un corazón, amada mía ¿y cuáles son sus límites?
No conoces las fronteras de este reino, a pesar de reinar en él.
Si mi corazón no fuera más que placer, florecería en una sonrisa feliz y lo comprenderías en un instante.
Si no fuera más que dolor, se derramaría en claras lágrimas y reflejaría en silencio su secreto.
Pero es amor, amada mía.
Su placer y su dolor son infinitos, su miseria y su riqueza son eternas.
Está tan cerca de ti como tu misma vida, pero nunca podrás conocerlo del todo.


33

Te amo. Perdóname mi amor. Me apresaste como a un pájaro extraviado.
Mi corazón se estremeció tanto que cayó su velo.
Cúbrelo de piedad, amado, y perdóname mi amor.
Si no puedes amarme, perdóname mi dolor.
No me mires de lejos, con desprecio. Me acurrucaré en mi rincón y no me moveré en toda la noche. Taparé mi vergüenza con mis manos.
No me mires, amado, y perdóname mi dolor.
Si me amas, perdóname mi alegría.
Si mi corazón se precipita en un torrente de felicidad, no te rías de mi peligroso abandono.
Cuando sentada en mi trono te gobierne con la tiranía de mi amor; cuando te conceda mis favores como una diosa, disculpa mi orgullo, y perdóname mi alegría.

34

Amor, no te vayas sin despedirte de mí.
He velado toda la noche, y ahora el sueño pesa sobre mis ojos.
Si duermo, temo perderte.
Amor, no te vayas sin despedirte de mí.
Me sobresalto y tiendo mis manos para tocarte.
Me pregunto: ¿Es un sueño?
¡Si pudiera enredar tus pies con mi corazón y estrecharlos contra mi seno! Amor, no te vayas sin despedirte de mí.

47

Si así lo quieres, dejaré de cantar.
Si mi mirada alborota tu corazón, apartaré mis ojos de tu rostro.
Si al encontrarme te estremeces, iré por otro camino.
Si cuando tejes tu guirnalda mi presencia te incomoda, me alejaré de tu jardín solitario.
Si cuando pasa mi barca el agua del río se agita tumultuosa no remaré más hacia tu orilla.


48

Líbrame de las cadenas de tu ternura, amor mío. No me ofrezcas más el vino de tus besos.
Este vapor de pesado incienso oprime mi corazón.
Abre las puertas y deja paso a la luz de la mañana.
Estoy perdido en ti, envuelto en los dobleces de tus caricias.
Sálvame de tus sortilegios, devuélveme la virilidad. Te ofreceré, entonces, un corazón libre.
50

Cansado y desilusionado, prosigo mi viaje.
¿Cómo podría alcanzar el cuerpo la flor que sólo puede tocar el espíritu? Amada, mi corazón desea encontrarte día y noche, como se encuentra la muerte devoradora.
Quiero ser arrastrado por ti como por un huracán. Toma cuanto tengo, destruye mi sueño y llévate mis fantasías. Róbame la vida.
Gracias a esta destrucción, a esta absoluta desnudez de mi alma, convirtámonos en un solo y hermoso ser...
Ay, mi anhelo es inútil. La única esperanza de comunión completa reside en ti, Dios mío.
65

¿Es tu voz la que oigo?
Ha llegado la noche, y el cansancio me oprime como los brazos suplicantes de una enamorada.
¿Me llamas tú?
Te he dado todo mi día; ¿quieres robarme también mis noches, cruel tirana?
Todo tiene fin, y a cada uno corresponde la soledad de la noche.
¿Por qué tu voz la desgarra y viene a abrasar mi corazón?
La noche ¿no canta ante tu puerta su canción de cuna?
¿Nunca se elevan por encima de tu altiva torre las estrellas de alas silenciosas?
¿No caen nunca en el polvo, en dulce agonía, las flores de tu jardín?
¿Por qué me llamas, atormentada? Deja que los suaves ojos del amor velen y lloren en vano.
Deja que arda tu lámpara en la casa desierta.
Que la barca vuelva a su casa a los labradores fatigados...
Abandono mis sueños y acudo a tu llamada.

70

Recuerdo que un día, cuando era niño, eché un pequeño barco de papel al arroyo. Era un caluroso día de julio, y yo estaba solo y encantado con mi juguete.
Eché un pequeño barco de papel al arroyo.
De pronto, aparecieron unas enormes nubes tormentosas, el viento acudió en torbellino y empezó a llover torrencialmente.
Las olas de agua fangosa cubrieron el arroyo y arrastraron mi pequeño barco.
Pensé amargamente que la tormenta no tenía otro propósito que destruir mi dicha.
Hoy, nublado día de julio que se hace largo, recuerdo esos juegos de la vida en los que siempre perdí.
Iba a recriminar a mi destino por tantos fracasos, cuando, de pronto, he recordado el pequeño barco de papel que naufragó en el arroyo.

jueves, 11 de agosto de 2011

Vani y todas las mamás

Esta mañana, sin intención alguna, Vania Balderrama y yo juntamos las piezas que hacían falta para escribir un cuentuito.
Empecé tuiteando:
“este poema sí que me está costando, he pensado incluso en tomar clases de parto sin dolor”
Ella respondió:
“no funcionan (las clases de parto sin dolor). El final siempre duele y de paso hay la posibilidad de un nacimiento por cesárea”.
Yo me puse a pensar en que no tengo la más pájara idea de lo que es ser madre cuando ella, ya sin dirección a mí, puso:
“Pensando en el microempresario y en el mago que dejé esta mañana en el colegio. Que les vaya lindo en sus exposiciones”.
Así que metí mi cuchara:
“Qué increíble la incertidumbre del parto, y luego la maravilla de que salgan de ahí magos y microempresarios”
Ella remató la historia:
“hasta Jesuses y poetas que paren palabras :)”.

Qué tal el cuentuito. Esto me remite a dos ideas sobre las que he estado dando vueltas, una: el espacio virtual no sólo influye en la difusión de la literatura, sino en la manera de escribir. Tal vez no la determina, pero influye poderosamente.
La otra idea es el tema del cuentuito: la maternidad. Vania desarrolla varios de sus escritos desde este lugar. Hace algunos meses yo le escribí pensando en la vida de los escritores y dónde están sus papás cuando en vez de estudiar algo que “les haga bien” los pequeñines salen con una cosa totalmente distinto a cualquier expectativa.
La respuesta es una maravillosa irreverencia escrita desde la madre, aquí está:

Lo que admiro de la Virgen María no es el que dizque haya dado a luz a Jesús sin haber conocido (bíblicamente hablando) a ningún hombre -esas son sonseras. Lo admirable de María (la de la Biblia) es que le haya permitido a Jesús andar todo harapiento con una bola de barbudos sin oficio ni beneficio aparente y que haya creído ciegamente en su hijo. Probablemente yo le hubiera llevado comidita y ropa al desierto (en esos 40 días que Jesús andaba opeando y haciéndose tentar por el ocioso de Lucifer, por ejemplo) y hubiera hablado seriamente con la mamá del tal Lucifer para que por favor le diga al ojete de su hijo que deje de hinchar a mi hijo, pero la María (la Virgen) no. Capísima.

No puedo decir nada ya. Leán el blog de Vania.

miércoles, 3 de agosto de 2011

pereza total

en el más acolchado
rincón de la rutina
aguardo

observo
sigo el camino de las hormigas
sin apenas moverme

soy un testigo
de nubes pasajeras
de posibles dibujos en el techo

pregunten a otro la hora
mis trabajos piden reposo
alto vuelo
agua aire
soy dueño de nada


es más que un paso lento
no hay tal paso
ni marcha
ni vergüenza que me alcance

ni un solo ruido
contactos cero

no me distraigan
estoy ocupado

huelga de ideas
queda este verso
sí y solo sí
sale sin esfuerzo

apaguen la tinta
que por ahora
me marcho
con morfeo