martes, 22 de noviembre de 2011

Los músicos

Allá donde voy me hago amigo de algún músico, he llegado a participar de su forma de vida, así que les escribí este poema


En la sala hay un sillón y otro más chico
Un teclado, atril, tres guitarras, bajo
Amplificadores, estuches,
un biombo siempre abierto
Sillines, taburetes
y un frío inaguantable
si los músicos no están en casa

ellos vuelven de uno en uno
entran dos a la vez
se van uniendo
qué se yo de cualquier cosa
cuando me pregunto
si alguno será un fantasma

sumergidos en notas y acordes
hacen presencia
no me saludan
ni se dan la mano
no hablan de chicas
Toman su instrumento
Se miran
comienzan
¿acaso soy yo el fantasma?

vuelven del mundo
de un sueño perturbado
del trasnoche
se acomodan
en un par de acordes que imaginaron
dormidos

Dan con un silencio
Lo desnudan palmo a palmo
Apenas rozan sus pétalos
quisieran bebérselo sin tocarlo

lo visten
trabajan con devoción
Unen sus acordes
Las posibilidades
Intentan un giro
Vienenvan
vienenvan
El piano lo logra por todos
¿O fue la guitarra?
quien puso esto
quien aquello
no se lo preguntan
no intentan responder
suben
bajan
se están

hay acordes que los matan
hay acordes que mueren
por un instante me pregunto
cuál de ellos será el fantasma

los músicos
los músicos se embriagan
lo suficiente para seguir tocando
el vino les cae bien
son fáciles de sonrisa
también de lágrima

son un cuerpo que camina
y se detiene en el aire
esperando el compás
si se atrasa una cuerda
si una loca se adelante
los músicos
esperan, resuelven

otra vez la nota se eleva
los perturba los amarra
van a caerse
tiembla la tierra
el silencio los persigue
no podrán dormir
no sabrán dormir más
como lo hacían antes
ahora el silencio es dueño
de sus almas
se le deben, saben eso
nada va a detenerlos
ni siquiera el amor

ahora son unos animales
mantienen el temple
la urgencia los condena
avanzan tras el final

un retumbo puede desmayarlos
acogotarlos un ruido
ahora saben que no hay vuelta atrás
la canción los estará esperando
esperando
esperando
mañana
otro día
y el día después
cuando haga falta
cuanto haga falta

los músicos siempre vuelven
¿seré yo el fantasma?